mayo 20, 2025
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Por Luis Martínez Alcántara  

El festival de motociclistas Acamoto 2025, celebrado del 15 al 18 de mayo en Acapulco, Guerrero, concluyó con un saldo trágico: al menos ocho personas fallecidas y casi 50 heridas. Aunque no se trata de un evento oficial, cada año atrae a miles de motociclistas y turistas nacionales e internacionales. En esta edición, más de 100 mil asistentes y alrededor de 10 mil vehículos colapsaron las vialidades del puerto.

Las autoridades informaron sobre 42 personas detenidas por distintos incidentes. También se emitieron 290 infracciones y se aseguraron 115 motocicletas. La falta de personal de seguridad agravó la situación, ya que solo 300 elementos fueron desplegados para la vigilancia.

Durante los días del evento, se reportaron numerosos actos violentos, carreras clandestinas, consumo de drogas y riñas callejeras. En redes sociales circularon videos donde se observa a motociclistas realizando acrobacias peligrosas e incluso enfrentamientos con la policía. Una de las víctimas mortales fue una mujer atropellada por una camioneta que transportaba una moto deportiva.

Además, se registraron al menos seis accidentes graves por derrapes y mal manejo. Personal de salud brindó 13 atenciones médicas a turistas y locales, muchas de ellas relacionadas con el consumo excesivo de alcohol.

El senador Félix Salgado Macedonio, quien se autonombró fundador del Acamoto, defendió el evento ante la ola de críticas. Afirmó que, pese a los incidentes, el festival dejó beneficios económicos para el puerto, con una ocupación hotelera superior al 85 por ciento. 

La Cámara Nacional de Comercio estimó una derrama económica superior a los 900 millones de pesos. Salgado Macedonio aseguró que el festival debe continuar, pero con mejor organización. Sin embargo, sus declaraciones generaron polémica entre la ciudadanía, que exige mayor control y seguridad para futuras ediciones.

El impacto ambiental y social del evento también fue considerable. Las autoridades locales reportaron la recolección de más de 110 toneladas de basura en playas y avenidas. Se registraron daños a la infraestructura urbana y múltiples disturbios nocturnos. Comerciantes y residentes expresaron su inconformidad por los destrozos y la inseguridad generada.

Aunque se reconocen los beneficios turísticos, muchos piden que el festival sea regulado o cancelado. La falta de permisos formales y la débil coordinación entre autoridades y organizadores han sido señaladas como causas clave del descontrol.

 

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