mayo 5, 2025
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Por Monserrat Californias

Mientras el mundo católico se prepara para el cónclave del 7 de mayo que elegirá al sucesor del papa Francisco, en Italia ha surgido un fenómeno digital: Fantapapa. Este videojuego en línea, inspirado en las ligas de fútbol de fantasía, permite a los usuarios formar su propio equipo de 11 cardenales con el objetivo de predecir quién será el próximo pontífice. Desde su lanzamiento, ha captado la atención de más de 60,000 jugadores en el país europeo.

El juego, creado por Pietro Pace y Mauro Vanetti, ofrece una experiencia lúdica donde los participantes eligen un “capitán” —el cardenal que consideran con más posibilidades de ser elegido papa— y un “arquero”, el menos probable.

Además, pueden hacer predicciones sobre el nombre que adoptará el nuevo papa, su orientación ideológica, la fecha de elección y el número de rondas necesarias en el cónclave. Cada acierto otorga puntos, y aunque no hay premios materiales, los jugadores compiten por la “gloria eterna”.

La popularidad de Fantapapa se debe en parte a su capacidad para combinar humor y análisis político en un contexto religioso. Los creadores han enfatizado que el objetivo no es promover las apuestas, sino ofrecer una forma entretenida y educativa de involucrarse en un evento de gran relevancia mundial. La interfaz del juego presenta un diseño retro y caricaturesco, facilitando la participación de usuarios de todas las edades.

Entre los cardenales más seleccionados por los jugadores se encuentran el italiano Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, y el filipino Luis Antonio Tagle. Estas elecciones reflejan las especulaciones actuales sobre los posibles sucesores del papa Francisco. El juego también permite crear ligas privadas, fomentando la interacción entre amigos y comunidades interesadas en el proceso de elección papal.

Fantapapa estará disponible hasta el inicio oficial del cónclave. Aunque es una iniciativa italiana, su éxito ha trascendido fronteras, atrayendo la atención de medios internacionales y usuarios de diversas partes del mundo. Este fenómeno demuestra cómo la tecnología y la cultura popular pueden converger para ofrecer nuevas perspectivas sobre tradiciones centenarias.

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