noviembre 5, 2025
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Ciudad de México, 5 de noviembre de 2025. Un incidente de acoso callejero sacudió la mañana del domingo 2 de noviembre en el Centro Histórico de la Ciudad de México, cuando un hombre de aproximadamente 40 años se acercó a la presidenta Claudia Sheinbaum durante su caminata matutina por la calle Madero, extendiendo la mano para tocar su brazo y hombro mientras gritaba “¡Mi presidenta, un selfie!”, obligándola a detenerse y responder con firmeza: “¡No me toques, por favor!”. El momento, capturado en videos virales de transeúntes y difundidos en redes sociales, acumuló 1.5 millones de vistas en horas, avivando debates sobre la seguridad de figuras públicas en espacios públicos y la normalización de tocamientos no consentidos en México, donde el 98% de casos de acoso van impunes según el INEGI.

Sheinbaum, de 63 años y en su habitual rutina de caminatas por el Zócalo y avenidas aledañas para “conectar con la gente”, vestía jeans, blusa blanca y chamarra ligera cuando el hombre —identificado como José Luis “N”, vendedor ambulante de la zona— se abalanzó desde una banca cercana alrededor de las 09:15 horas. “Estaba emocionado, quería saludarla, pero me frenaron los guardaespaldas”, relató el agresor a Televisa en una entrevista posterior, mientras la presidenta, escoltada por dos elementos de la SSPC en civil, se zafó del contacto y lo miró fijo antes de continuar su ruta hacia el Palacio Nacional. “No me toques; respeta el espacio personal, por favor”, dijo Sheinbaum con tono calmado pero autoritario, un gesto que fans elogiaron como “ejemplo de empoderamiento” en TikTok, donde #NoMeToquesPresidenta superó 500 mil menciones.

La escena, filmada por una turista española y un vendedor de elotes, muestra a Sheinbaum rodeada de curiosos que aplaudieron su respuesta, mientras sus escoltas intervenían discretamente para apartar al hombre sin violencia. “Fue un acoso típico de la calle; ella lo manejó con clase, pero en México, el 70% de mujeres lo vive diario”, comentó una feminista local a Milenio, recordando que Sheinbaum ha enfrentado incidentes similares desde su elección, como silbidos en mercados o intentos de beso en eventos públicos. La SSPC confirmó en un comunicado que no hubo agresión física, pero activó una investigación por “alteración al orden público”, y el hombre fue retenido brevemente para identificación antes de liberarlo con una amonestación. “La presidenta prioriza la cercanía con la gente, pero el respeto es innegociable”, enfatizó Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, al confirmar refuerzos a su escolta personal sin alterar su rutina.

Sheinbaum, en su conferencia del lunes 3 de noviembre, minimizó el suceso con humor: “Me tocó el brazo, le dije ‘no me toques’ y siguió su día. Es parte de la calle, pero recordemos que el consentimiento es clave; en México, necesitamos educación contra el acoso”. La mandataria, quien camina sin armadura para “sentir el pulso de la ciudad”, usó el incidente para impulsar su campaña “Calles Seguras”, anunciando 200 millones de pesos para patrullajes feministas en el Centro Histórico y talleres de respeto en escuelas. Feministas como la colectiva Ni Una Menos aplaudieron: “Sheinbaum modela respuesta; es un ejemplo para todas”. Críticos opositores, como Xóchitl Gálvez en X, ironizaron: “En su México sin violencia, hasta la presidenta sufre acoso; ¿dónde está la GN?”.

El video, que muestra a Sheinbaum reanudando su caminata con una sonrisa, humaniza a la presidenta: “No me toques” se volvió meme viral, con parodias en TikTok y camisetas feministas. Para México, donde 66% de mujeres han sufrido acoso callejero (INEGI 2024), el incidente no es anécdota: es espejo de una cultura machista. Sheinbaum lo transforma en lección; el hombre, en lección aprendida. En el Centro Histórico, donde historia y cotidianidad chocan, su “no me toques” resuena como grito colectivo. La calle sigue; el respeto, se aprende.